jueves, 16 de junio de 2016

Harrijotzaketa

Cuando hablamos de los vascos y su relación con los deportes, es imprescindible referirnos a los llamados deportes rurales, Herri Kirolak, por su denominación en Euskera. Los Herri Kirolak son deportes que se originaron en las actividades laborales, y que a través del desafío se convirtieron en actividad deportiva. Uno de los más significativos seguramente es el alzamiento de piedras. El alzamiento de piedras nació en el oficio de los canteros y de ahí llego a las plazas como deporte  de exhibición y competencia. Hoy en día se trata de un deporte reglado y regulado que tiene variantes según las formas de las piedras a alzar (las hay cilíndricas, cubicas, esféricas y de forma de paralelepípedo),  y de cómo se realizaran las alzadas: tiempo o cantidades.

Lo primero que diferencia este deporte de otros de alzamiento de peso como la halterofilia, deporte universal y olímpico, es que mientras en el levantamiento de pesas la pesa no contacta con el cuerpo, en el alzamiento de piedras el Harrijotzailea (levantador) , utiliza el cuerpo para ir apoyando la piedra en un camino ascendente hasta llegar por encima del hombro, condición para que la alzada sea considerada válida.
La afición deportiva de alzar piedras no es exclusiva de los vascos;  también encontramos este deporte en una variante canaria, o en lugares tan remotos para nosotros como Tahíti,  y si bien recorre toda la geografía de Euskal Herria es en Navarra y en Guipuzcoa  donde tiene su mayor afición histórica.
Lamentablemente, muchas veces toca oír hablar de este deporte como si se tratara de “fuerza bruta",  para practicarlo se necesita más que fuerza, es un deporte que requiere habilidad, flexibilidad, fondo físico y estrategia durante las competencias.
Si bien fueron muchísimos los cultores de este deporte, hoy es imposible no mencionar a Iñaki Perurena cuando hablamos de Piedra, quien además de ser uno de los máximos exponentes de la disciplina es un difusor de la historia y la cultura vasca, actor de series en la televisión vasca, y quién construyó en Leitza (Navarra), Peru-Harri, un maravilloso museo en pleno monte dedicado a la Piedra.
Izeta III
Los que valoramos este deporte en su magnitud, en la Argentina tenemos poquísimas posibilidades de poder verlo en persona. Afortunadamente, tuvimos una la última Semana Vasca en Macachín cuando vino a hacer una exhibición Izeta III, campeón guipuzcoano de alzamiento de piedra.

Lauburu Argitaletxe

Ediciones Lauburu es desde 2014 una nueva iniciativa del editor Nicolás Chaves, que se ocupa de editar en la Argentina libros de temática vasca. Nicolás Chaves, a quien ya conocíamos como articulista de Guregandik, revista del centro de estudios Arturo Canpión, es quien está al frente de esta iniciativa. En noviembre de 2014 sale a la luz “Los vascos de Gandara”,  de César Arrondo, donde se rescata la memoria de aquellos vascos que le dieron forma a aquella cooperativa lechera y, con ella, a un pueblo.
Luego siguieron mas publicaciones: “Vascos en Laprida”, de César Arrondo, la publicación de los números de Guregandik de 2014 y 2015, “Amnistia 77 La Lucha Del Pueblo Vasco”, de Mikel Bueno Urritzelki, “Hojas Para La Formación”, de César Arrondo; y “Nacionalismos y Diásporas:  Los casos Vasco e Irlandés“, de María Eugenia Cruset, que fue presentado en mayo pasado en la Biblioteca Nacional.
Ediciones Lauburu es una iniciativa para elogiar; quienes estén interesados pueden contactarse a través de https://www.facebook.com/EdicionesLauburu/

Recuperando un juego tradicional: el Filotxo

         No es ningún disparate pensar que los juegos infantiles sean parodias de antiguas costumbres o remedos de conductas reales o imaginarias del pueblo. Muchos de los juegos infantiles vascos que se conocen nos han llegado desprovistos de su contenido original y, por lo tanto, su interpretación se nos escapa. Como dice Barandiaran: “Está probado que en muchos de los juegos infantiles palpita el espíritu de generaciones que pasaron, y se descubren huellas de antiguas creencias y reminiscencias de cultos desaparecidos”.
            Lo que sí podemos afirmar acerca de los juegos infantiles es que todos están condicionados por el clima, la posición social y las costumbres. Así, hay juegos infantiles en los que solamente participan las niñas, otros que son propios de niños y una mayoría en que ambos participan indistintamente. Hay algunos juegos que son comunes a distintas zonas y otros que se practican solamente en fechas determinadas. Hay juegos que son muy elaborados y otros extremadamente sencillos. Y por último, hay juegos que se nos presentan como originales y otros como variantes locales de otros juegos mucho más extendidos. De todos estos, el filotxo abarca todos los extremos mencionados.
            En efecto, el filotxo es la variante local alavesa de un juego perteneciente a una familia de juegos infantiles diseminada por toda la península ibérica. A pesar de sus múltiples nombres y variantes (Pita, Pitoña, Billarda, Villarda, Bilarda, Bigarda, Billa, Estornela, Marro, Pic i Pala, Bólit, Chirumba, Escampilla, Toña, Mocho, Tala, Talita, Lirio, etc), todas tienen en común los mismos materiales.
Filotxo y palo
           Para jugar solamente se necesita un palo pequeño de unos 20 cm. de largo y afilado en ambos extremos (el filotxo), y otro palo más largo (de hasta un metro).
            En casi todas partes el juego era practicado por los niños y a veces por las niñas. En cambio, la variante de la Pita la practicaban las niñas con la ocasional participación de un varón. Lo mismo ocurría en Alava con el Ganbotxo (que se practicaba en Heredia), con la salvedad de que lo practicaban las mujeres en general y solamente durante la Cuaresma, en un terreno desnivelado cercano a la ermita de San Bartolomé.
            El Filotxo, en cambio, según se lo practicaba en la zona alavesa de Manzanos era practicado exclusivamente por las niñas y era un juego infantil que se practicaba todo el año. Según nos cuentan Guadalupe y Juliana Martínez Gamarra, las participantes se dividían en dos grupos. Una de las chicas tomaba una pieza de madera verde de unos veinte a veinticinco centímetros de largo y con los extremos aguzados (el filotxo), y un palo de unos cincuenta centímetros, con uno de los extremos algo desbastado, para asirlo cómodamente. La acción consistía en tomar el palo con una mano y el filotxo con la otra, lanzar el filotxo al aire y con el palo golpearlo para lanzárlo lo más lejos posible. Las participantes del bando contrario a la lanzadora debían atrapar el filotxo en el aire valiéndose de sus delantales. La que atrapaba el filotxo sustituía a la que lo había lanzado.
            La distancia entre el lanzamiento y la recogida del filotxo la medían por medio del palo (tres palos equivalía a un punto). El bando o equipo que más puntos lograba ganaba el juego y se hacía con el premio: caramelos, etc.

martes, 14 de junio de 2016

Gure Talde Alai

           Una de las primeras actividades culturales que realizó nuestro Centro Vasco al tiempo de su 
formación fue la composición de un cuerpo de danza. Muchas fueron las personas que en estos años pasaron por Gure Talde Alai, “nuestro grupo alegre”,  y algunos de aquellos primeros integrantes todavía se ponen los trajes y salen a bailar.
Desde hace tres años quien dirige a los Dantzaris de Gure Talde Alai es Agustina Olaizola. Agustina se acercó a la sala de Euskera y nos contó algunas cosas sobre cómo ve al grupo de “los veinte años”, y nos contó que cada vez ve más unido al grupo, trabajando con conciencia y compañerismo, disfrutando, y que éstos son valores que luego se notan en el escenario y que repercuten en la seguridad durante las actuaciones.
Sobre las presentaciones nos dijo que si bien el grupo tiene una tradición de siempre de presentarse en Semana Nacional Vasca (el escenario por excelencia de la colectividad en la Argentina), consolida su presencia  también en ese otro gran evento que es el ”Buenos Aires Celebra al País Vasco”, así como también en el encuentro anual de dantzaris en Cañuelas, y por supuesto, están sus presentaciones en las fiestas de la institución.
Sobre la elección de las danzas nos contó que tiene preferencia por elegir danzas tradicionales frente a coreografías, tratando de mantenerlas lo más fielmente posible.  Excelentes resultados consiguió así representando danzas tradicionales de Oñate; Dantza de Cortes (danza erribera de Cortes, Navarra), o recientemente Arcos de Laguardia ( Rioja Alavesa), danza que largo tiempo estuvo olvidada y hoy está en proceso de recuperación.
Para esta fiesta de los veinte años prepararon el Agurra, danza ceremonial de saludo y reverencia; Tafallako Jota (jota de Tafalla), danza de aquella ciudad Navarra que hoy se baila por todo Euskal Herria, y Belauntxingo (villancicos).
            Por último, el cuerpo de danzas ensaya todos los sábados por la mañana; no dejen de acercarse si quieren apuntarse (aun sin experiencia), es un mundo que vale la pena vivir.