Etimología
de los Días en Euskera y el antiguo calendario lunar vasco
En el libro “Aintzinako
euskaldunen ilargi-egutegia”, el investigador Josu Naberan nos presenta sus estudios sobre
el significado de los nombres de los días de la semana en euskera.
El
investigador navarro Josu Naberan nos
presenta en su libro “Aintzinako euskaldunen ilargi-egutegia” (“El
antiguo calendario lunar vasco”), un estudio detallado de la
nomenclatura actual de los días en los diferentes dialectos del euskera y se
vale de ellos para reconstruir el calendario que habrían utilizado los vascos
en la antigüedad. Su teoría se basa en la proposición de que nuestros
antepasados utilizaban los ciclos de crecimiento y decrecimiento de la luna
para medir el tiempo. Es decir, que los antiguos vascos utilizaban un
calendario lunar como tantos otros pueblos de la antigüedad. La particularidad
radica en el hecho de que los vascos, además, daban mayor importancia a la luna
que al sol, y por ende midieran el tiempo en noches antes que en días. El hecho
se desprende de que, en euskera se utiliza la palabra “gaur” para decir “hoy”
(literalmente, “esta noche”), que claramente deriva de “gau”, que significa
“noche”.
Pero empecemos con la nomenclatura moderna de
los días en euskera y su correspondencia en castellano:
Euskera
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Castellano
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Astelehena
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Lunes
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Asteartea
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Martes
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Asteazkena
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Miércoles
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Osteguna
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Jueves
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Ostirala
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Viernes
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Larunbata
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Sábado
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Igandea
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Domingo
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Como puede apreciarse, los tres primeros días
comienzan de una manera similar: “aste”, y no es casualidad, ya que “aste”
significa “semana”. Si indagamos un poco más descubriremos que “lehen”
significa “primero”; “arte” significa “en medio”; y que “azken” significa
“último”. Entonces tenemos que “astelehena” es, literalmente, “el primero de la
semana”. “asteartea” es “el del medio de la semana” y “asteazkena” es “el
último de la semana”. Y aquí nos surge una nueva pregunta: ¿los vascos
primitivos tenían una semana de tres días? A primera vista, pareciera que sí.
De hecho, los celtas utilizaron antiguamente un calendario lunar con una semana
compuesta de tres días al dividir el mes en tres grupos de nueve días. Y
sabemos que los celtas han ejercido una influencia innegable en la cultura y
lengua vasca. Hay teorías que afirman que la primitiva semana de tres días fue
reemplazada (o ampliada), más tarde, por la que conocemos de siete días,
mediante el simple método de agregar cuatro días a los tres ya existentes.
Si nos fijamos en los nombres en
euskera correspondientes a jueves y viernes inmediatamente reparamos en que
ambos comienzan en “ost”. Este núcleo “ost”, que en otras palabras puede mutar
en “ortz”, según Satrústegui
“nos
remite al pensamiento indogermánico que aporta el concepto
de divinidad
celeste relacionada con la meteorología y las tormentas”.
En
palabras simples, una divinidad del cielo, Ortzi, que se hace patente en
palabras relacionadas con los estados atmosféricos (“oskarbi”, “cielo
despejado”; “oskorri”, “arrebol”; “ostadar”, “arco iris”).
Sábado,
“larunbata” parece provenir de “lauren bat” (cuarto de luna), por lo que
pareciera referirse a una de las fases lunares. En cuanto a “Igandea” (“igo
handia”, “la gran ascensión”), los entendidos señalan que se refiere al punto
culminante de la ascensión lunar que coincide con la luna llena.
Tenemos,
pues, la semana de siete días conformada de la siguiente manera:
Astelehena (lunes): en el dialecto
occidental, al primer día de la semana de 7 días, astelehen, se le llamaba “ilen”
hasta hace poco. Etimológicamente “ilen” podría ser, según el investigador K.
Mitxelena, “il-egun” o “día de la luna”, paralelo al lunae dies latino o el
lunes castellano. Según Naberan, como en el calendario solar no se contemplaban
las fases lunares ni sus nombres, este día de la luna se aplicaría al primero
de la semana, de ahí aste-lehen.
Asteartea (martes): también llamado “Martitza” en vizcaino, en clara
alusión al dios romano Marte.
Asteazkena (miércoles): algunos
investigadores consideran como sinónimos asteazkena, eguaztena y eguastena,
Osteguna (jueves, ortzeguna en dialectos orientales): A pesar de que
algunos pensadores, como Pedro Pablo Astarloa, sostienen que osteguna es “el
día posterior” (“oste”, detrás, después), de los tres que componen la semana.
Caro Baroja lo relaciona con Ortzi:
“preferiría relacionar ortzirala y su víspera ortzeguna
con
los nombres más corrientes que ese día tiene en Europa”,
y concluye diciendo que tanto ORTZ como EGU
es del día del dios germánico Thor, relacionado con la claridad del cielo. “Osteguna”
es sinónimo de “eguen”, que sería, según Naberan, el día central del larunbat
festivo.
Ostirala (viernes, ortzirala en dialectos orientales): “Ira” significa
impulsar, derivado de. Ostirala sería,
pues, el día después de osteguna.
Larunbata (sábado, sapata o sapatua en dialectos occidentales): para
algunos autores, el nombre parece
provenir de “lauren bat” (cuarto de luna), por lo que pareciera referirse a una
de las fases lunares.
Igandea (domingo, en dialectos occidentales “domeka”): según la mayoría
de los autores, incluído Naberan, significaría “igan handia”, esto es, el punto
más crecido de la luna llena. Algunos autores pretenden ver en el nombre una alusión
cristiana que, sin embargo, no tiene correlación con ningún otro calendario
cristiano conocido. Un sinónimo
curioso es el de neskeneguna o “día de las mozas”. Muchos han mencionado a este
respecto la costumbre de “neska-laguntze” (acompañar a la moza): el chico
pasaba la tarde con la chica, la acompañaba hasta su casa y cenaba con la
familia.
Hasta
aquí la explicación actual de la semana, que presenta influencias célicas y
cristianas. Pero, ¿cómo era el calendario vasco antes de todos estos aportes
externos? Josu Naberan nos da en su estudio una reconstrucción probable del
calendario lunar vasco a partir del propio significado de los nombres
autóctonos de los días que nos han llegado a través de los diferentes
dialectos. Desestima la teoría de que la semana vasca primitiva estaba
compuesta solamente de tres días y propone, en cambio, un calendario basado en
el mes lunar compuesto de cuatro “semanas” de duración variable más un ciclo de
cuatro días que culmina con la noche de la luna llena.
Para
Naberan, el mes estaría compuesto por dos “semanas”: “Astelehena” y “Asteazkena” , que estarían
compuestas a su vez por un número variable de días (generalmente seis). Ambas
“semanas” estarían separadas por “Asteartea”, que como su nombre lo indica,
está entre medio de dos semanas. Luego vendría el festival del plenilunio
llamado “Larunbat”, que sería un ciclo de cuatro días con nombres diferenciados
que culminaría con la luna llena. Luego de “Larunbat” vendrían otras dos
“semanas” separadas por otro “Asteazkena”, y el mes finalizaría con la noche de
luna nueva “Ilena”.
Astelehena: periodo de 6 noches con el que se inicia el ciclo lunar.
Asteartea: el día intermedio que
separa ambas “semanas” (“Astelehena” y “Asteazkena”).
Asteazkena:
período de cuatro a seis noches. Aunque algunos
investigadores consideran sinónimos asteazkena, eguaztena y eguastena, Naberan
cree que el primero hace referencia a un período más largo de tiempo y por eso
empieza por aste (semana), y los otros dos, en cambio, hacen referencia a un
día concreto egu (día).
Larunbata:
para Naberan el origen de esta palabra es “laurren betea”,
una fiesta de 4 días que culminaría con la noche del plenilunio. Estaría
formado por Eguastena, Eguena, Barikua e Igandea.
Eguastena: de “egu” (día), y “hasi” (empezar), por lo que podría tratarse del
día de comienzo del festival.
Eguena: sería el segundo día del
festival.
Barikua: Naberan propone que,
teniendo en cuenta la variante “barieku”, puede tratarse de “abari-egu” (día de
la cena). Sería así un nombre muy antiguo, anterior al cristianismo y relacionado
con el festival de cuatro días de Egu o Larunbat. Sería el tercer día de este
ciclo, en el que se realizaría una cena conjunta antes de que cada cual
volviera a su casa.
Igandea: Naberan propone que su significado sería “igan handia”, esto es, el
punto más crecido de la luna llena. Se trataría del último día del festival de
Larunbat, y que coincidiría con la luna llena.
Ilena: la noche de luna nueva que cerraría el mes.
Para completar el calendario lunar, Naberan
hace referencia a tres días que no han encontrado una explicación y un sitio
claro en el calendario actual: Egubakoitz,
Ebiabakoitz e Irakoitz (“bakoitz” significa único, solo). Según este
investigador, los lapsos de tiempo entre las diversas fases lunares no son
homogéneos. Normalmente en el ciclo lunar que va de fase a fase hay un
intervalo de seis noches, pero a menudo es de siete y otras pocas veces es de
ocho o de cinco. Por esa razón al día sobrante se le denominaría “Egubakoitz” o
“Ebiabakoitz” (día suelto). Si sucediera otro día más, este octavo día sería
“Irakoitz” (posterior al día suelto").